LA NECEDAD DEL ATEISMO

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios.

Se han corrompido, hacen obras abominables;

no hay quien haga el bien.”

(Salmo 14: 1)

Deja a Dios fuera de tu vida y sociedad, entonces te estarás lanzando al caos moral y espiritual. Stalin, Hitler y Mao hicieron esto con sus regímenes ateos y en solamente un siglo asesinaron a más de cien millones personas.  La Biblia dice: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.” (Salmo 14: 1) Aquí se le llama necedad a la negación de la existencia de Dios, también se describen las consecuencias de esta.  Podemos repetir la sentencia de Dostoyevski: si Dios no existe, se permite todo. ¿No es esa exactamente la realidad que vemos hoy? Si Dios no está, no habrá juicio y tampoco habrá que rendir cuentas por nuestras malas acciones. Satanás, el padre de mentira (Juan 8:44), ha engañado a los pecadores haciéndoles creer que pueden vivir irresponsablemente, sin temor a rendir cuentas, o a un castigo futuro. Los medios favoritos que usa el diablo en su engaño son el ateísmo (especialmente la teoría de la evolución). ¡Y cuantos hoy viven ciegos sordos, con corazones endurecidos por esas terribles mentiras! Si Dios no existe, todo vale. Inevitablemente se recogerá: corrupción, obras abominables y todo tipo de maldad. ¿Quieres eso para ti y para tus hijos? Esa es la agenda del ateísmo.

Hoy en nuestra propia nación se intenta destruir la cultura, la historia, el patriotismo, la democracia, la empresa, la espiritualidad, la familia y todas las demás esferas. Con las filosofías del socialismo, el humanismo y el ateísmo entretejidas en el tejido social se avanza hacia ideologías de izquierda radical. Donde la tolerancia se ha convertido en que todas las creencias y estilos de vida son aceptados y celebrados. Excepto, por supuesto, las creencias de aquellos que no están de acuerdo con los valores inmorales de la izquierda atea y socialista.

A pesar de estas vanas y absurdas especulaciones, el Dios vivo y verdadero es el Supremo Juez del universo. Habrá un gran juicio final con un gran Juez. Aquel que no acepte a Jesús como Salvador y Señor, tendrá que enfrentarlo como Juez. Leamos estas solemnes palabras: (Apocalipsis 20: 12-15). A fin de subrayar el alcance global del juicio, Juan observa que el grupo de incrédulos delante del trono de Dios incluye a grandes y pequeños. Todos enfrentarán juicio, las personas de influencia y las personas sin importancia, “porque no hay acepción de personas para con Dios” (Romanos 2:11). Solo hay una manera de evitar la espantosa realidad del infierno. Quienes confiesan sus pecados y piden a Dios que los perdone, basándose en la muerte expiatoria de Cristo en su lugar, serán librados de la ira eterna de Dios (Romanos 5:9; 1 Tesalonicenses. 1:10; 5:9).

¿Qué crees que pasará contigo? Por favor deja de vivir en el engaño del ateísmo, deja de seguir a los dioses falsos de fabricación humana. Vuélvete ahora al Dios único y verdadero en arrepentimiento y fe. Gracias a la muerte y resurrección de su Hijo, el Señor Jesucristo, hay salvación. Sin Cristo serás encontrado culpable y tendrás que pagar. No escaparás, tu oportunidad es ahora.