“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
(2 Corintios 4: 16- 18)

La vida de fe se vive desde la perspectiva de Dios, es decir, que la vida es eterna más allá de lo temporal que vivimos hoy. Con esta poderosa verdad en mente, podemos enfrentar nuestras luchas y desalientos. Los problemas que afrontamos hoy son solo eso: problemas de hoy.

El apóstol Pablo bajo la inspiración divina, escribió al respecto: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4: 16- 18) “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos… Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista).” (2 Corintios 5:1, 6-7) Estas son declaraciones de fe, el apóstol Pablo vio lo invisible. No solo manifiesta su esperanza del cielo, sino que reconoce el desgaste de la vida presente con todas sus tribulaciones, para las cuales tenemos el poder y la presencia de Dios.

Nuestro gran desafío es vivir por fe y no por vista. El apóstol Pablo declaró: “por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5: 7) Andar por fe y no por vista no es tener un anhelo fantástico o una superstición vaga, sino una fuerte confianza fundada en la verdad de Dios revelada en la Biblia. Andar por fe y no por vista es no escuchar los susurros del diablo en forma de pensamientos que asaltan nuestra mente, sino creer en lo que Dios dice. Andar por fe y no por vista es no vivir de acuerdo con los parámetros limitados de lo que tenemos ante nuestros ojos, sino por las posibilidades ilimitadas de Dios.

Podemos descansar en la garantía de un futuro seguro y enfrentar el presente con esperanza y optimismo porque Dios está con nosotros.

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