No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento.
(Romanos 12: 2a)
Los cristianos estamos en este mundo para ejercer influencia sobre él, no para que el mundo ejerza influencia sobre nosotros.
El apóstol Pablo hizo el siguiente llamado a los creyentes de Roma: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.” (Romanos 12: 2a) En otras palabras: “No permitan en ninguna manera que el mundo que los rodea los meta en su molde”
Dolorosamente muchos cristianos han abierto sus vidas a todo tipo de prácticas mundanas que claramente se muestran como opuestas a los estándares de Dios revelados en la Biblia. Semejante actitud es muy peligrosa.
J. Wilbur Chapman dijo: “No es el barco en el agua sino el agua en el barco lo que lo hunde. Así que no son los cristianos en el mundo sino el mundo en los cristianos lo que constituye el peligro”
Cuando le damos al mundo el permiso para entrar en nuestra vida, no solo afectamos nuestra relación con Dios sino además nuestro testimonio ante aquellos que nos ven vivir.
Cada práctica, cada sistema de pensamiento que venga del mundo pasémoslo por el filtro perfecto de la Palabra de Dios y si no pasa la prueba, rechacémoslo. Es mucho lo que está en juego.
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