Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 6: 33)
Nuestra existencia está llena de decisiones, incesantemente nos enfrentamos con ellas. Cada decisión deja consecuencias, si decidimos correctamente, las consecuencias serán favorables, si lo hacemos incorrectamente, los resultados serán negativos. Podemos elegir qué decisión tomar, pero no podemos elegir escapar de las consecuencias. Las decisiones que tomemos hoy, determinarán nuestro mañana.
No olvidemos estos dos eslabones de la gran cadena de la vida: decisiones, consecuencias.
Si una decisión nos lleva transigir en nuestro andar con Dios, no es una buena decisión. No importa los aparentes aspectos positivos que nos parezca ver ella, nos hemos puestos los lentes equivocados y estamos pensando desde una perspectiva puramente humana. Sucede que hemos dejado de pensar en la gloria de Dios por buscar nuestra comodidad e intereses egoístas. Hay algo más importante que recibir un mejor salario, avanzar en una carrera o matricularse en la mejor universidad. Ninguna de esas cosas importa si no mantenemos nuestra relación con el Señor.
Persevere en buscar primero a Dios y su guía, y luego considere las aparentes ventajas y desventajas de una decisión. Jesús dijo:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 6: 33)
Es Dios primero, buscarle a él y luego nosotros.
Comencemos cada decisión preguntándonos: ¿Esto fortalecerá mi relación con Dios? Si la respuesta es sí, la seguridad y la provisión divina estarán no nos faltarán. Si la respuesta es no, es el momento de detenernos, si insistimos estaremos tomando una pésima decisión, y no será posible escapar de las consecuencias.
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