“Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?” (2 Crónicas 20: 6)
Honestamente, hay momentos en que asaltados por el miedo y las dudas nos unimos a las preguntas de Josafat:” Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?” (2 Crónicas 20: 6) En otras palabras: “¿Dios mío eres tú realmente el Soberano del Universo que gobiernas con gran poder?” De manera general esta pregunta surge cuando inesperadamente somos golpeados por la adversidad, o cuando vemos tanta maldad y las cosas están marchando totalmente opuestas a como esperábamos.
Aunque el levantamiento y la caída de las naciones puedan parecernos coincidencias históricas, aprendemos de Daniel que es Dios quien asume la responsabilidad pues el «quita reyes, y pone reyes» (Daniel 2:21). Era verdad en la época de Daniel, y es verdad hoy, por mucho que ofenda el “espíritu independiente” del hombre pecador. Aun más, mucho antes que Daniel dijera esas palabras, Dios dirigió a Salomón a escribir: «Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina.» (Proverbios 21: 1) Sí, leíste bien. Dios es capaz de mover los corazones de reyes, presidentes, tiranos, dictadores, gobernadores, hombres y mujeres de estado. Y lo hace de la misma manera que su dedo es capaz de cambiar el curso de un río. Esto no es ningún problema para Él. No hay gente imposible para Dios. Él mueve las cosas como quiere, y cuando quiere. Por cierto, todavía no ha dejado de hacerlo. Así que respira profundo y descansa en su soberanía. Eso no te quitará todas las preguntas, pero si calmará todos tus temores.
Nuestro Dios siempre sabe lo que hace, el lleva a cabo su propósito, el cual es mucho más grandioso de lo que nuestra mente pueda concebir. Él es el Soberano absoluto del universo, y lo será por toda la eternidad. Y por favor reflexiona y aprópiate de esta gloriosa verdad bíblica: Nada existe u ocurre sin su divina provisión o permiso. David nos recuerda que “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Salmo 103:19). Dios es soberano “sobre todos”, aun sobre Satanás y sus demonios, a quienes les ha permitido ciertas libertades por un período limitado; el destino final y seguro que les espera es el infierno, el cual Dios gobierna con tanta seguridad como gobierna el cielo.
El rey David expresa: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos” (1 Crónicas 29:11).
Nuestra responsabilidad es confiar, aunque no entendamos la razón de lo que vivimos. Saber que Dios es el Soberano que controla todas las cosas, me brinda una maravillosa paz y una asombrosa seguridad. ¿Y a ti?
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