Según la Biblia, Jesús fue «el Cordero inmolado desde antes de la fundación del mundo» (Apocalipsis 13:8) (1 Pedro 1:18-20). Todo el sistema de sacrificios en la ley mosaica es un amplio lienzo que plasma la necesidad que tiene el hombre de que un sustituto inocente muera en su lugar. Jesús fue el Cordero de Dios que vino a la Tierra, nació en un establo, durmió en un comedero para animales, y recibió la visita de unos pastores, los primeros en llegar. Pero de la misma manera que hubo profecías sobre el nacimiento del Mesías y todas se cumplieron, también hay docenas de ellas sobre los sucesos en torno a su muerte sacrificial y su posterior resurrección. Veamos algunas de ellas.
LA TRAICION DEL MESIAS:
La profecía (Salmo 41:9) – El cumplimiento (Juan 13:26).
La profecía (Zacarías 11:12) – El cumplimiento (Mateo 26:14-15).
EL SILENCIO DEL MESIAS:
La profecía (Isaías 53:7) – El cumplimiento (Mateo 27:12-14).
LA MUERTE DEL MESIAS:
Las heridas visibles – La profecía (Zacarías 12:10) – El cumplimiento (Juan 19:34).
Los soldados dividiendo sus prendas – La profecía (Salmo 22:18) – El cumplimiento (Mateo 27:35).
El grito de abandono – La profecía (Salmo 22:1) – El cumplimiento (Mateo 27:46).
Ni un solo hueso roto – La profecía (Salmo 34:20) – El cumplimiento (Juan 19:32- 33).
Su muerte en compañía de pecadores – La profecía (Isaías 53:12) – El cumplimiento (Marcos 15:27-28).
La muerte sustitutiva de Jesús – La profecía (Isaías 53:4-6, 8,11, 12) (Marcos 10:45) – El cumplimiento (Juan 19:30).
Jesús predice su propia muerte – (Mateo 16:21) – El cumplimiento (Mateo 26:1-5).
LA SEPULTURA DEL MESIAS:
Isaías predijo que el Mesías sería como un hombre rico en su sepultura (Isaías 53:9) – El cumplimiento (Mateo 27:57-60).
LA RESURRECCION DEL MESIAS:
La profecía (Sal. 16:10). El cumplimiento (Hechos 2:31-32)
La profecía (Juan 2:19-22) (Mateo 16:21). El cumplimiento (Mateo 28:1).
¿Qué probabilidades hay de que alguien pudiese cumplir incluso una sola de estas profecías? Y estas son solo unas de las pocas que aparecen en las Escrituras. Los estudiosos del tema afirman que hay unas 300 profecías veterotestamentarias que fueron cumplidas solo con la primera venida de Cristo. Solo en las últimas 24 horas de vida de Jesús en este mundo se cumplieron 33 profecías. La probabilidad de que una persona cumpliera accidentalmente solo ocho de estas profecías durante toda su vida es de una entre 10 elevado a la potencia 17. Es decir, un 10 seguido de 17 ceros.
A alguien a quien se le dan muy bien los números y las probabilidades, descubrió que para encontrar a una sola persona que pudiera cumplir con precisión 100 profecías serían necesarios 200.000 millones planetas Tierra poblados, cada uno de ellos, por 4.000 millones de personas. Es decir, que ese cumplimiento sería imposible sin una intervención sobrenatural. La única conclusión racional es que Jesús es exactamente quien la Biblia dice que es: Dios encarnado, el Salvador del mundo que nos ama y se entregó por nosotros.
Sí, este Salvador murió por mí, también lo hizo por ti, fueron nuestros pecados los que clavaron a Jesús en esa cruz, hasta separarle de la comunión íntima con el Padre: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21). En otras palabras ¡Él tomó nuestro lugar en esa bendita cruz y en ese bendito sepulcro! Y pudo hacerlo por ser quien realmente dice la Biblia que Él es ¿Puedes tú también decir, en esta Semana de Resurrección, que Jesús es tu Salvador?