Obedecer siempre implica un costo a nuestra naturaleza rebelde y aun más cuando nos encontramos emboscados por diversas tentaciones.  

Hebreos nos dice de Moisés: “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.” (Hebreos 11: 24- 25)

A esto podemos llamarlo tomar una decisión correcta. Basado en la fe, Moisés prefirió hacer causa común con el pueblo de Dios que ” gozar de los deleites temporales del pecado” ¡Qué descripción de lo que produce el pecado! El causa deleite, si así no fuera no nos sentiríamos atraídos a pecar; pero observen que este deleite es solo temporal. El placer viene, pero no dura.

No obstante el pecado se muestra tan atractivo, haciendo la tentación irresistible humanamente; sin decirnos jamás que cuando caemos en la desobediencia, se acaba la diversión, apareciendo entonces el vacio, la tristeza y la amargura.

No nos engañemos, si somos cristianos necesitamos mirar y decidir con los ojos de la fe, solo así podremos ser usados y bendecidos como lo fue el gran Moisés.

 

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