“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;
mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
(Marcos 13: 13)
El mundo es enemigo de Dios y aborrece todo lo que Él representa. El mundo odia a los cristianos porque odia a Jesucristo. Y en consecuencia vamos a ser rechazados, aborrecidos y perseguidos. El Señor Jesús nos advierte: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”(Marcos 13: 13) En Juan 7: 7, Jesús también dijo del mundo: “A mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas” El mensaje de Jesús molesta al mundo y entonces decide destruir al mensaje y al mensajero. Si eso hicieron con el Señor, ¿qué podemos esperar sus seguidores? “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre…”, dijo Jesús. Contemos con eso, habrá sufrimiento y persecución.
Y esa persecución irá aumentando en intensidad a medida que nos acerquemos al final de la historia humana. Nuestro Dios nos revela en el libro de Apocalipsis acerca de la persecución futura. Durante los siete años de tribulación, habrá un esfuerzo global para masacrar a los cristianos (Apocalipsis 6:9-11; 13:7-10,15; 20:4). Después del arrebatamiento de la iglesia, muchos de los que queden atrás se arrepentirán y clamarán a Jesús por salvación. Pero, aunque una gran multitud será salva durante este tiempo tan difícil, una gran mayoría permanecerá en obstinada rebeldía hacia Dios. Esa mayoría será engañada para seguir al Anticristo (2 Tesalonicenses 2:10-12). Y los cristianos de la tribulación sufrirán a manos de ese último Dictador mundial, y también a manos del resto de la humanidad impía. Sin la influencia del Espíritu Santo restringiendo el pecado, las personas se colmarán de una maldad extrema junto con un inmenso odio hacia Dios y hacia todos aquellos que siguen a Jesucristo. Se volverán contra estos nuevos creyentes con una furia similar a la de una turba, entregando o matando a cada cristiano que puedan encontrar (Juan 15:18-22; Apocalipsis 6:9-11).
Pero Satanás no se contenta con esperar hasta la tribulación para perseguir a los seguidores de Jesús. Estamos en el camino de una creciente persecución. Actualmente, los cristianos están siendo perseguidos activamente en 150 países, lo que afecta a unos 250 millones de creyentes. Cada mes, un promedio de 105 iglesias son atacadas, quemadas o vandalizadas. Once de nuestros hermanos son martirizados cada día por su fe.
Y frente a los acontecimientos actuales en nuestra nación debemos estar alertas; orando por este país y llevando el mensaje de Jesucristo a todo el que podamos. La pasividad no es una opción. Recordemos que cuando un gobierno usa las instituciones para la persecución política, también las usará para la persecución religiosa. Esta verdad ha sido confirmada por la historia misma, además de la triste realidad en la que viven hoy muchos en países con gobiernos totalitarios.
A medida que los seres humanos se desbocan hacia el pecado y hacia toda forma de libertinaje e impiedad, se volverán más y más insensibles a la verdad de Dios. La rebeldía contra el Dios Vivo será el estilo de vida de muchos que prefieren todo tipo de vilezas.
Y con toda seguridad llegará ese día en que los cristianos que vivimos seremos perseguidos, torturados y hasta martirizados, a medida que el mundo aumenta su odio hacia el verdadero evangelio. El cual como una poderosa Luz les muestra la verdadera fealdad de su pecado, entonces intentarán apagar esa luz. ¿Estás tú preparado para ese momento?
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