“Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron,

dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu,

y que tiembla a mi palabra.”

(Isaías 66: 2)

Dios dedica especial interés a cierto tipo de personas: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” (Isaías 66: 2)

Dios no necesita de templos humanos para morar. Él es el Creador y sustentador de todo. Sin embargo, hay un lugar donde El desea habitar y es en el corazón humilde y que teme a Su Palabra.

De aquí nos surgen algunas preguntas de reflexión:

¿Es nuestra vida una morada confortable para nuestro Señor?

¿Qué tal está nuestra sensibilidad espiritual ante la Santa Palabra de Dios?

¿Somos lo suficientemente humildes como para obedecerla?

¿Hemos dejado de temblar ante la voz de Dios?

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