Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo;
y él reinará por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 11:15).
Sin importar qué pruebas o persecuciones tengamos que enfrentar, podemos gozarnos al saber y creer que Dios está en control. Aunque en el presente podamos sufrir desalientos y reveses, el triunfo final es seguro. Hoy podemos derramar lágrimas de dolor, mañana desaparecerá todo lo que las provoca.
Y llegará el día en que marcharemos victoriosos en el triunfo de nuestro Señor Jesucristo, en el glorioso momento en que el coro celestial proclame: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). Y reinaremos por siempre con Él (2 Timoteo 2:12; 1 Pedro 1:3–5).
Por favor, mantén la perspectiva correcta, recuerda siempre que las victorias del mundo son de corta duración. La victoria de Cristo es eterna, por eso podemos soportar pacíficamente el sufrimiento a corto plazo con la certera expectativa de su triunfo final. ¿Lo crees?
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