“Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor,

engañando y siendo engañados.

(2 Timoteo 3: 13)

No hay esperanza para el hombre aparte de Dios: “Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.” (2 Timoteo 3: 13)

En lugar de ascender moral y espiritualmente, el hombre está en precipitado descenso: “de mal en peor, engañando y siendo engañado”, tal como Pablo manifestó.

Hoy hay más conocimiento científico, médico, histórico, educativo, psicológico y tecnológico. Pero no ha cambiado la naturaleza básica del hombre y no ha mejorado la sociedad. Tiene más información, pero también una moral más degenerada. Tiene más confianza en sus capacidades y tecnología, pero muy poca tranquilidad mental. Sus logros son mayores, pero su sentido de propósito y significado prácticamente han desaparecido.

En lugar de mejorar la calidad moral y espiritual de la vida, los descubrimientos y los logros del hombre simplemente le han proporcionado nuevas formas para expresar y promover su depravación de modo más rápido y destructivo.

En cuanto al futuro inmediato, la naturaleza humana será arrastrada más y más a la maldad. Esto ocasionará que el amor de muchos seres humanos por la justicia, la verdad, y las cosas de Dios se enfríe: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mateo 24: 13) En los últimos tiempos el mal se multiplicará de forma rápida y sin vergüenza alguna. La maldad será diabólicamente agresiva y descarada. En lugar de tratar de ocultar sus pecados, las personas harán alarde de ellos, y tan crasa maldad alejará a muchos, de cualquier interés en las cosas de Dios que alguna vez pudieron haber tenido.

Al describir el mismo período del que Jesús está hablando aquí, Pablo advirtió: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, sober­bios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5). Los hombres se sumirán en una marea de corrupción, y se gloriarán en ella.

El hombre no va a mejorar aparte del Señor Jesús. El hombre moderno, moral y espiritualmente está peor y sigue necesitando desesperadamente creer en el Señor y Salvador Jesucristo. No te engañes, sin Él estás perdido.

 

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