“Aun antes que hubiera día, yo era;
y no hay quien de mi mano libre.
Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?”
(Isaías 43: 13)
¿Crees tener el control de tu vida y de tus circunstancias? Muchas veces vivimos en el engaño de creer que nosotros tenemos el control. Seré directo, no tenemos ningún control, aun cuando lo pretendamos.
Esta realidad a mí se me hace muy evidente cuando oro. Es en mis conversaciones diarias con Dios cuando claramente percibo mi debilidad humana, le expreso cuanto lo necesito al entregarle una por una todas mis preocupaciones (que, por cierto, suelen ser muchas) ¿Saben por qué lo hago? Porque reconozco que no tengo ningún control sobre ellas, solo el Señor Todopoderoso puede obrar en medio de mi vida y mis situaciones, yo no puedo.
Y al terminar de orar, experimento esa paz asombrosa que solo viene del cielo. Sé que el que tiene el verdadero control de todo ha escuchado y obrará por su amor hacia mí expresado en su gracia y misericordia que me brinda cada día.
No te desesperes, recuerda que Él tiene el control, todo el control y lo tiene siempre. Dios nunca se deja llevar por el pánico. Dios jamás ha dicho, ni dirá: “Oh, me ha sorprendido lo que está pasando con fulano (pon tu nombre). No se qué voy a hacer ahora” Estas no son palabras de nuestro Dios. Sus palabras son estas:
“Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?” (Isaías 43: 13)
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41: 10)
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29: 11)
Este es nuestro Dios Todopoderoso en quien podemos descansar confiadamente.
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