“Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra,y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 13: 20-21).

Jesús conoce perfectamente que la naturaleza humana es voluble, inestable y egoísta, y que muchos se sienten atraídos a Él por la emoción o la esperanza de bene­ficio personal. Estas personas son rápidas en levantar una mano, pasando al frente al seguir a otros en el grato ambiente de un templo en América. No obstante, quieren volverse atrás tan pronto como se percatan que la vida cristiana no es un lindo paseo por un jardín de rosas.

Jesús declaró: “Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 13: 20-21).

Estos parecen vivos para Cristo, y con frecuencia dan testimonios brillantes; conocen las frases populares entre los creyentes y cuando decirlas, pero cuando su rela­ción con El empieza a costar más de lo que esperaban, pierden el interés y no se les vuelve a ver en la iglesia.

Es un grave error endulzar el mensaje del evangelio, la gente necesita la verdad de Dios. Con amor, pero necesitan la verdad. Los predicadores no podemos traficar con esa verdad, es demasiado lo que está en juego. Toda persona necesita saber que, si muere sin Cristo, tendrá que enfrentar un espantoso juicio: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27)

Al final, la gran preocupación de los perdidos en el infierno será la misma que la del rico de la parábola: Porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.” (Lucas 16: 28) El no pedía “agua con azúcar” para sus parientes. El suplicaba les dieran el sólido alimento del Evangelio, con su seria advertencia sobre el infierno.

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