“Acabamos nuestros años como un pensamiento”
(Salmo 90:9 a)
“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.”
(Proverbios 27:1)
Hemos sido creados por Dios para tener comunión con El. Al vivir separados de El solo se experimenta un profundo vacío y aterradores temores. Añadido a esto está la triste realidad de que la vida es breve e incierta; es breve: “Acabamos nuestros años como un pensamiento” (Salmo 90:9 a) Con solo mirar atrás y ver el camino recorrido, confirmamos que tan fugaz como un pensamiento así es nuestra presencia terrenal.
Y no solamente es efímera, también es incierta: “No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.” (Proverbios 27:1) El futuro es inseguro, ningún ser humano tiene control sobre él. ¿Lo dudas…, es que no estás al tanto de las tristes noticias sobre huracanes, terremotos y actos de terrorismo? ¿Captaste el mensaje? Vive de espaldas a Dios, aleja a Jesucristo de tu vida y nada en absoluto tendrá sentido. Te estarás moviendo como un viejo auto al que se le agota el adulterado combustible de su tanque, en cualquier momento se puede detener y mientras logras andar lo haces con gran dificultad.
Algunos dicen hoy: “La madre naturaleza nos está diciendo algo” Perdónenme esos filósofos naturalistas, pero a mí la “madre naturaleza” no me dice nada, porque no solo hay desastres naturales, también hay serios problemas morales y espirituales como el ya mencionado terrorismo y otros actos producto de la maldad humana que se intensifican cada día.
A mí quien me está diciendo mucho es Dios. El suele ganar la atención humana en medio del dolor y las dificultades.
Por favor… piensa en esto, necesitas volverte a tu Creador. La solución al problema humano es reconocer que necesitamos a Dios, lo podemos ver en medio de nuestras lágrimas, su consuelo nunca falta. Jesucristo es el remedio de Dios para nuestra condición perdida. Deja de andar por tus caminos errados, ven a Cristo definitivamente.
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