Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

(2 Pedro 3: 3-4)

El apóstol Pedro bajo la inspiración divina, nos advierte: “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3- 4). 

Aunque Pedro dice esta advertencia como profecía, los burladores del regreso del Señor Jesucristo no son nuevos. No obstante, se han intensificado en nuestros días los que se burlan, atacan y niegan el retorno del Salvador. Pero allí se levanta, sólido como piedra, pronto a cumplirse, ofreciéndonos esperanza en medio de la desespe­ranza y la incredulidad.

La Biblia y el libro de Apocalipsis terminan con este gran recordatorio final y esta maravillosa bendición: El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.” (Apocalipsis 22:20-21)

En estas últimas palabras que se registran en la Biblia, el Señor Jesucristo que da testimonio de estas cosas, asevera: “Ciertamente vengo en breve.”  No se trata solo de lo que dice, que su regreso es inminente; sino de quien lo dice, el Dios absolutamente confiable, inmutable y fiel. Y si aún no estas listo para irte cuando Cristo venga para arrebatar a los suyos en el aire (1 Tesalonicenses 4:17) será mejor que consigas tu boleto. Rápido. Mientras estén disponibles, son gratis. Pero no esperes. Casi en el momento en que tomes tu decisión, todo esto puede haber sucedido, y te quedarás mirando hacia atrás en lugar de hacia arriba. Y en lugar de hacer un viaje de alta velocidad al cielo para pasar la eternidad con el Salvador, te quedarás aquí, rodeado de escépticos burladores, cuyas burlas se les convertirán en llanto.

Este es tu momento para arrepentirte de tus pecados y creer en Jesucristo como tu Salvador y Señor.

 

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