“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4: 3-4)
En nuestro en el siglo veintiuno con el desarrollo de la tecnología celular, las computadoras cada vez más avanzadas y el internet más veloz, una tormenta de herejías se ha desatado amenazando arrasar con el cristiano bíblico. Estos son tiempos de un creciente rechazo por la Verdad de Dios y de gran atracción por escuchar fábulas. Pablo le advirtió a Timoteo al respecto: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4: 3-4)
Estos tiempos profetizados han llegado. Ya estamos ante montones de falsos maestros con atractivas fabulas. Ante esta triste realidad es oportuno que nos preguntemos: ¿Cómo podemos evitar ser arrastrados por esta impetuosa tormenta de engaño satánico? He aquí tres consejos prácticos que nos pueden proteger de la lluvia del engaño:
1. ¡No te entusiasmes con la apariencia!
No aceptes la enseñanza de un personaje agradable simplemente porque te parece inofensivo en la superficie. No te dejes llevar por los demás. No importa que ellos estén fascinados con ese tipo. No importa que lo hallen entretenido, persuasivo o inspirador. Controla tus emociones, usa tu cabeza para comparar los conceptos que está enseñando con la clara enseñanza de las Sagradas Escrituras y las doctrinas centrales de la fe bíblica.
2. ¡Observa detenidamente!
Intenta mirar de cerca la vida del carismático comunicador que acabas de conocer. ¿Predica de la Biblia o de “sus maravillosas ideas”? ¿Señala a Cristo o a sí mismo? ¿Se somete a la autoridad de la Palabra de Dios? Nunca te dejes seducir por lo que parece ser sinceridad, inteligencia o carisma de alguien.
3. ¡Escucha cuidadosamente!
Presta mucha atención a las palabras que usan esos maestros. Escucha no solo lo que dicen, sino cómo lo dicen. También presta atención a lo que no dicen. No caigas en la trampa de calificar algo como verdadero solo porque te hace sentir bien. A menudo la verdad real hará que se sienta como una bofetada o un puñetazo en el mismo estómago. La verdad casi siempre trae convicción y un compromiso con el cambio. Pero las mentiras a menudo están diseñadas para adormecer con una falsa seguridad, libertad para pecar y entusiasmo emocional. Escucha con atención.
Que no te arrastre esa tormenta de mentira.
Comparta!