“Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
(2 Timoteo 4: 18)

El Señor ha prometido estar con nosotros y guardarnos del mal, esta era la certeza del apóstol Pablo: “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.”(2 Timoteo 4: 18)

Esto no significa que viviremos libres en este mundo de pruebas y lagrimas, tampoco quiere decir que no nos ocurrirán cosas malas según nuestra limitada perspectiva humana.

Lo que si nos está diciendo es que Dios nos librará de todo aquello que es realmente una obra mala ante sus ojos.

En el caso de Pablo no estaba diciendo que tenía garantizada la liberación indefinida de la ejecución, el estaba consciente de lo contrario: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.” (2 Timoteo 4: 6) No obstante su fe radicaba en que Dios le libraría de cualquier cosa que pudiera llevarle en sus últimos días a deshonrar su nombre. Para el hombre la muerte puede ser lo peor, para un cristiano es la puerta que cruzamos para estar con nuestro Dios para siempre.

¿No entiendes lo que hoy te ocurre? ¿Se te hace difícil comprender como el Dios que te ama está permitiendo tu dolor? Dios tiene un plan sabio para el bien de sus hijos. Confía como lo hizo Pablo de que El te librará de toda obra realmente mala, así junto con el apóstol podrás creer que El te preservará para su reino celestial.

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