“Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.”
(Salmo 63: 3)
Nuestro Dios es Santo y nosotros le ofendimos con nuestros pecados, el siendo Justo tenía todo el derecho para condenarnos por nuestra desobediencia, no obstante nos otorgó su misericordia por su gracia. Una misericordia llena de un per¬dón y un amor que no merecemos.
Al conocer a Cristo experimentamos esa misericordia y es solo cuando podemos decir junto a David: “Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.” (Salmo 63: 3)
Solo quien reconoce (con la ayuda divina) su condición pérdida y sabe que su destino es el infierno, solo aquel que entiende que nada puede hacer humanamente para cambiar esa situación y se vuelve a Dios humillado y sin reclamos, experimenta esa gran misericordia, la cual se convierte en algo mucho mejor que cualquier cosa que la vida nos ofrezca. En entonces cuando vivimos cada día recordándonos:”Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. ” (Lamentaciones 3: 22-23)
Merecemos la muerte, sin embargo estamos vivos espiritualmente. Y con la esperanza del cielo, podemos andar en esta tierra con esta seguridad: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…” (Salmo 23: 6a)
Te invito a que te unas a mí en esta oración: “Dios mío, por ser tu misericordia mejor que la vida, viviré cada día alabando tu nombre.”

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