“El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.”
(Proverbio 10: 9)
La integridad no solo es algo que Dios espera de nosotros, es además la mejor manera de vivir: “El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.” (Proverbio 10: 9) Si decides tomar la integridad como un estilo de vida, la confianza aplastará cualquier intento de la culpa y la vergüenza por irrumpir en tu existencia. Mientras que la persona que dice una cosa y hace otra tiene una vida esclavizada por el estrés, y del grande.
Por ejemplo, un mentiroso necesita muy buena memoria o tendrá que contratar un asistente para que lleve nota de todo lo que dice y donde lo dice, intentando así evitar caer en la vergüenza de ser descubierto como embustero.
Un mentiroso vive acosado por los sentimientos de culpa, hasta que de tanto practicar el pecado su alma encallecida por ese mal hábito, se vuelve insensible.
Cuando uno dice la verdad, la expresa y puede olvidar la conversación, en cualquier momento que tenga que volver a decirla, dirá lo mismo. Eso es integridad, nada que esconder nada que ocultar.
Dijo Blas Pascal: “La fuerza de la virtud de un hombre no debería medirse por sus esfuerzos especiales sino por sus actos habituales” Es decir, que somos lo que hacemos todos los días.
¿Qué eliges para tu vida, confianza o quebranto? La integridad marca la diferencia.
Comparta!