“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe…”
(1 Pedro 5: 8-9ª)
Satanás es enemigo de Dios y nuestro, nos asecha constantemente y saltará sobre nosotros cuando menos lo esperamos, y eso explica nuestra necesidad de mantener¬nos alertas y sobrios. Su propósito es destruir: nuestro testimonio, nuestra esperanza, nuestra santidad y, si es posible, nuestra vida. Por consiguiente, debemos estar conscientes de sus tácticas y respetar su poder. No debemos subestimar su capacidad para engañarnos y atacarnos.
No podemos enfrentarlo en nuestras propias fuerzas, es más poderoso que cualquier ser humano. ¿Qué debemos hacer entonces cuando estamos cara a cara con él? ¿Llenarnos de espanto? ¿Salir huyendo? ¿Rendirnos? ¡No! Pedro dice: «Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe» (5:9). La palabra «resistir» quiere decir «enfrentársele, oponerse». Pero este mandato va con una cualidad vital. No resistimos a Satanás confiados en nuestro poder o capacidad. En cualquier momento que hacemos eso, estamos en desventaja. Resistimos firmes en nuestra fe. Por cierto no está hablando de fe a en uno mismo, en otros seres humanos, ni en algún tipo de método, mantra o truco. Más bien, nos levantamos con una fe indeclinable en nuestro Dios todopoderoso, apoyándonos en su defensa para resistir las perversas obras del diablo.
Santiago afirma la necesidad de resistir con confianza a Satanás a la sombra de la poderosa presencia de Dios: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Stg 4:7). Y en su carta a los Efesios, el apóstol Pablo expresa el mismo consejo sabio: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Efesios 6:10-11).
Podemos vencer a nuestro enemigo Satanás, recordando que nuestras fuerzas humanas son insuficientes, acudiendo a nuestro Señor y por fe echar mano de su poder ilimitado, entonces podemos resistir al adversario.
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