“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.”
(Hebreos 11: 5)
Las obras nunca han sido un camino para llegar a Dios. Ellas siempre deben ser el resultado de una autentica salvación, no un medio para alcanzarla. No es cuestión de que nuestras “buenas acciones” impresionen a un Dios Santo y nos salve. Dios ha establecido que las obras sea un producto de la salvación que los hombres reciben cuando se acercan a El sobre la base de la fe. En la carta a los hebreos leemos: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.” (Hebreos 11: 5) No hay en los hombres absolutamente nada que pueda agradar a Dios aparte de la fe. Enoc fue traspuesto para no ver muerte, por la fe y solo por la fe: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11: 6)
En Génesis 5 se nos que cuando Enoc tenía 65 años de edad, tuvo un hijo, Matusalén. Y a partir de entonces Enoc caminó con Dios. Anduvo con Dios durante trescientos años, y luego desapareció, porque Dios lo llevó consigo. Inesperadamente, el hombre fue llevado a la presencia de Dios sin experimentar la muerte. Este fue el resultado de su autentico andar de fe con Dios.
Una persona no puede caminar con Dios a menos que haya llegado primero a El por la fe en Jesucristo. De la misma manera, tampoco puede seguir caminando sin tener fe continua. Caminar con Dios es caminar en fe y caminar por fe “Por fe andamos no por vista” (2 Corintios 5: 7) “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.(Colosenses 2: 6-7)
Enoc creyó en Dios y siguió creyendo en El. No podía haber caminado con Dios por trescientos años sin confiar en Dios durante todo este tiempo.
Eso es andar por fe, es el mismo andar que debemos tener todos los hijos de Dios. ¿Crees en Dios? ¿Has llegado a Él a través de la fe en Jesucristo? Entonces sigue creyendo, persevera en medio de los buenos y de los malos momentos, cuando sientas deseos de reír y cuando afloren tus lágrimas, recuerda que el Señor va contigo y te aguarda la recompensa.

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