Hemos sido creados por Dios para tener comunión con El. Al vivir separados de El solo se experimenta un profundo vacío y espantosos temores.
Añadido a esto está la triste realidad de que la vida es breve e incierta.
• La vida es breve: “Acabamos nuestros años como un pensamiento” (Salmo 90:9 a) Con solo mirar atrás y ver el camino recorrido, confirmamos que tan fugaz como un pensamiento así es nuestra existencia terrenal.
• Y no solamente es fugaz, también es incierta: “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.” (Proverbios 27:1) El futuro es inseguro, ningún ser humano tiene control sobre él. Si no tenemos control del presente que vivimos, menos aun podemos controlar el futuro.
¿Captó el mensaje? Viva de espaldas a Dios, aleje a Jesucristo de su vida y nada en absoluto tendrá sentido. Usted se estará moviendo como un viejo auto al que se le agota el adulterado combustible de su tanque, en cualquier momento se puede detener y mientras logra andar lo hace con gran dificultad.
La solución al problema humano es reconocer que necesitamos a Dios, Jesucristo es el remedio de Dios para nuestra condición perdida.