¿Estás sirviendo al Señor y necesitas un poco de ánimo? ¿Has estado pensando que lo haces es un esfuerzo malgastado y que no vale la pena? A todos los que estamos en el ministerio nos ha pasado.

Si tu motivación es la correcta, glorificar el nombre de Dios, medita seriamente en estas palabras: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (Hebreos 6: 10) Este versículo me ha ayudado en muchas ocasiones cuando me ha visitado el desaliento y me parece que no puedo seguir.

Dios es testigo de todo lo que hacemos en su nombre y para su gloria, nunca es en vano. Tal vez necesitemos hacer algunos ajustes en la tarea que ejecutamos o revisar los métodos que estamos empleando; quizás la labor no está rindiendo los frutos que esperamos en el tiempo que queremos. Todo esto puede estar sucediendo, sin embargo debemos recordar que es Él quien tiene la medida correcta del éxito y no nosotros.

El observa tu amor expresado en el servicio y ya tiene reservada tu recompensa. Por favor, no te rindas, ponte de pie y sigue adelante, todavía hay mucho que hacer en la obra de Dios.

Termino con este precioso texto bíblico: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15: 58)

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